el libro

Ainhoa Resano
26 de septiembre de 2022

Las fotografías domésticas son un canal directo al recuerdo personal. Al mismo tiempo, estos archivos de la memoria esconden moldes dominantes, estereotipos, poses y repeticiones que reflejan el universal de cada época. Aunque se atesoren como piezas únicas de la memoria individual, los álbumes contienen en sus páginas la versión privada de la construcción pública del género. Las fotografías no sólo cuentan historias, son huellas de un referente, de un tiempo. Son objetos domesticados y domesticadores, pero también piezas únicas del puzle más amplio de la memoria de un barrio.
Las mujeres se han encargado tradicionalmente de elaborar álbumes, convirtiéndose en agentes de la memoria. Como objetos plásticos, los álbumes y las fotografías pegadas en sus páginas, hacen del recuerdo algo maleable. Por ello las historias que contienen también pueden ser transformadas y transformadoras. El álbum, y las fotografías en concreto, otorgan plasticidad a la memoria y, permiten jugar con ella, manipularla, tocarla, romperla o cuartificarla y re-ordenarla.