EXPOSICIÓN
Una visita inesperada
PABLO GARCÍA MARTINEZ
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De las flores he aprendido que son metalenguaje. Decimos “flor”, (o la pintamos, o regalamos) para hablarnos de deseo, salud, promesas o muerte.
Pero no solo a nivel de significado, sino de significante. Es decir, la flor como objeto, como ente.
Desde la virginidad cristiana hasta la homoerótica de Mapplethorpe, una flor puede ser muchas cosas y la vez una flor es una flor.








