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EXPOSICIÓN

JESÚS JÁUREGUI

19th January
Thursday, 18:00

Jesús Jáuregui (Bilbao, 1957) cursa estudios superiores, en el año 1977, en la Universidad de Bellas Artes de Bilbao.
Durante más de quince años, sostiene una estrecha relación de amistad, aprendizaje y colaboración, con dos reconocidos maestros del arte contemporáneo internacional: Jorge Oteiza y Nestor Basterretxea. Con este último colabora en una serie de documentales, para la cadena televisiva ETB2, sobre las culturas de la América Precolombina. Además, también participa en la construcción del monumento al pastor vasco, concursado en Reno, Nevada.
Estas relaciones fueron de importancia capital en una formación de orientación constructivista, estética que asentará la base fundamental creativa de los próximos años.

Jesús Jáuregui lleva más de treinta años dedicados a las disciplinas plásticas como la escultura urbana, el óleo de gran formato, el grabado, la litografía, intervenciones escenográficas en pequeños teatros experimentales, y en máster charlas sobre creatividad, puestas en escena pública y tratamientos plásticos de formatos de gran escala en universidades de Bellas de Artes y en Colegios de Arquitectos.

Fanthumus:
la antropología ctónica de Jesús Jáuregui

¿Qué somos, qué es el ser humano? Esta es una pregunta milenaria. Si todavía tiene pertinencia, es porque sigue abierta a nuevas respuestas meridianamente convincentes.

Mucha gente tiene por buena la archiconocida definición aristotélica del hombre como un “animal político” –es decir, social: hecho para vivir en determinada polis–. Todavía resuenan con alguna fuerza innúmeras figuraciones de lo humano sustentadas en la tragedia griega, la teología cristiana, el humanismo de Pico della Mirandola, el teatro shakepeareano, el subjetivismo racionalista de Descartes, el criticismo kantiano, el historicismo marxista, los diversos existencialismos de tiempos no tan remotos y muchas otras filosofías y sistemas de pensamiento. Entre las provocadoras genialidades de Nietsche está la de habernos descrito a los humanos como combinación de vegetal y estantigua.
Hace ya varios lustros, Jáuregui volvió a temetizar el asunto de lo humano, de acuerdo con su singular visión del arte y del mundo. Los frutos de sus persistentes indagacaciones a ese respecto están a la vista: primero, sus penetrantes interpretaciones del zompantli mexica (proceso que sigue su curso, con recientes hallazgos in situ, en el Templo Mayor azteca, en Ciudad de México); posteriormente, la exposición de 50 óleos sobre lienzo y grabados de gran formato, Caras vemos, en la Galería Lumbreras (Bilbao, 2015), y el lanzamiento virtual de la serie de 10 grabados en blanco y negro, igualmente de gran tamaño, Mare rostrum, en 2020.

El artista bilbaíno ha seguido excavando en las honduras de lo humano y su hallazgo más reciente ha sido una turbadora veta de imágenes en las que se funden, de manera estéticamente fecunda, el humus –esa solidez incierta de lo que brota de una fuerza ctónica protovital, efervescente, en perpetuo trance de prometer vida y en constante aspiración de solidez– y la imago siempre inaprensible, incierta, evanecescente, de las entidades fantasmáticas. La intuición antropológica de fondo, en la elaboración de los óleos de gran formato que integran esta nueva colección de Jáuregui, es la de que somos animales en que la vitalidad indiferente del humus se entrevera con la corporeidad endeble y la mostranza dudosa del fantasma. Humus y fantasma: eso somos para Jáuregui y quiere proclamar esta inquietante revelación desde el título de esa serie de cuadros: Fanthumus.

No viene al caso disputar sobre si el artista tiene razón o no en sus disquisiciones antropológicas. En lo que sí conviene reparar es en las derivaciones de su pensamiento en el plano de su propuesta y su labor pictórica. En estos tiempos de confusión y de renuncia a los rigores del auténtico arte, es digno de celebrar la potencia expresiva de estos cuadros de Jáuregui. También la capacidad de plasmación figurativa del artista y su pericia en el manejo de la composición y los colores, las sombras, los matices. Lo mismo cabe decir de la alianza de esos atributos con una materialidad técnica y unos soportes físicos acordes con la tonalidad plástica requerida, para dar cuenta de las pregnantes intuiciones que evidencian todas las obras incluidas en el catálogo de Fanthumus.

Josu Landa
Ciudad de México, diciembre de 2022